"LA JERUSALEM CELESTIAL"
“Vino entonces a mí uno de los 7 ángeles que tenían las siete Copas llenas de las 7 Plagas Postreras, y habló conmigo, diciendo: 'Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero'.
Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto
y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalém, que descendía del cielo, de parte de Yahweh."
Yahushua le dijo a sus discípulos, en Juan 14:2-3, que se iba al cielo para preparar un lugar para los Suyos.
Amados, ese lugar que Yahushua está preparando para futura residencia de todos nosotros es la JERUSALEM CELESTIAL, "porque no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir" (Hebreos 13:14).
No somos ciudadanos de la Jerusalém terrenal actual, como dice en hebreos, "porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos al Salvador, el Amo Yahushua Ja Mashiaj" (Filipenses 3:20).
El Templo Celestial que fue mostrado a Moshé en el Monte es también una parte integral de esta maravillosa y gloriosa ciudad de la que somos ciudadanos. Yahweh está construyendo ese Templo con todos nosotros, pero para El---que habita en la eternidad---ese Templo ya está construído.
Queridos míos, como ya dijimos, no somos hijos de la Jerusalem terrenal: "Así que, hermanos, no somos hijos de la sierva, sino de la libre."
"Ahora bien, Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalém actual, porque ella está en esclavitud con sus hijos. Pero la Jerusalém de arriba es libre; ¡ésta es nuestra madre!"
Veamos algunos detalles que Yahweh nos ha revelado en Su Palabra acerca de esta esplendorosa edificación de origen celestial.
Lo mas impresionante de esta ciudad son sus medidas. Las dimensiones de la NUEVA JERUSALEM son como de unos 2.400 kilómetros (1,500 millas) de cada LADO, LONGITUD, ANCHURA y ALTURA. La ciudad es cúbica, y su longitud es igual a su anchura; "y él midió la ciudad con la caña, 12,000 estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. Y midió su muro, 144 codos, medida de hombre, la cual es de ángel."
Si la Nueva Jerusalén estuviera presente ahora mismo en la Tierra, ocuparía dos terceras (2/3) partes de los ESTADOS UNIDOS continentales, extendiéndose de Maine a la Florida, y desde la Costa oriental hasta 1,000 kilómetros las allá del Río Mississippi, extendiéndose hasta adentro de los estados de Nebraska y Kansas.
La Nueva Jerusalém será una ciudad celestial durante toda la Eternidad, en cuanto a que su origen es celestial, en lugar de haber sido edificada sobre esta tierra con fundamentos terrestres. Sin embargo, será terrenal en cuanto a que será una ciudad física y geográfica. Será la parte terrenal de los "Nuevos Cielos y de la Nueva Tierra," que reemplazarán a los actuales cielos y tierra después de la destrucción y purificación por fuego, (2 Pedro 3:10), y entonces la nueva ciudad descenderá de los cielos (Apocalipsis 21:1-3).
Apocalipsis 21-22 es muy específico y concreto acerca de la ciudad, de sus habitantes y de la bienaventuranzas del estado eterno.
"En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, Yo no os hubiera dicho; voy pués, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:2-3)
”Porque esperaba (Abraham) la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Yahweh." (Hebreos 11:10).
Hebreos 11:13 dice de los que nos antecedieron: " Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con beneplácito desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra."
”Pero anhelaban una (ciudad) mejor, esto es, celestial; por lo cual Yahweh no se avergüenza de llamarse Elojim de ellos, porque les ha preparado una ciudad.” (Hebreos 11:16).
Hebreos 12:22: " Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Zion y a la ciudad del Elojim viviente, la Jerusalém celestial, y a miríadas de ángeles..."
POR LA INFORMACION PROVISTA EN TODOS ESTOS VERSICULOS PODEMOS INFERIR:
A. En el cielo hay una gran ciudad.
B. Esa ciudad está habitada por Mashiaj y por sus Santos.
C. La misma es un estado intermedio y temporal entre ahora y la eternidad.
D. Abraham tuvo la revelación de que dicha ciudad celestial existía.
E. Es una ciudad con fundamentos celestiales, por lo tanto, Yahweh la puede remover de un lugar a otro.
F. Su diseñador, arquitecto y constructor es Yahweh.
G. Es única en su diseño y construcción.
Yahushua mismo le puso nombre a esta ciudad eterna “… y escribiré sobre él el nombre de mi Elojim y el nombre de la ciudad de mi Elojim, la NUEVA JERUSALEN, la cual, desciende del cielo, de mi Elojim, y mi nombre nuevo." (Apocalipsis 3:12).
El apóstol Juan recibe una visión de la Jerusalém Celestial: “Vino entonces a mí uno de los 7 ángeles que tenían las siete Copas llenas de las 7 Plagas Postreras, y habló conmigo, diciendo: 'Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.”
Los ángeles, en el cielo, aunque se parecen, se pueden distinguir. Juan no tuvo ningún problema en identificar a este ángel que anteriormente ya había visto. Es posible que este ángel sea el mismo que le mostró a Juan la visión de "la Gran Ramera." En Apocalipsis 17:1 leemos: “Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo, diciéndome: “Ven acá y te mostraré la sentencia contra la GRAN RAMERA, la que está sentada sobre muchas aguas.” Y ya sabemos que "aguas" en este sentido profético se refiere a gentes. Son pueblos GENTILES y PAGANOS. La Gran Ramera preside sobre muchos pueblos, queridos míos.
Juan describe a la ciudad como “desposada” y como “esposa.” El griego pone “numphen” y “gunaika.” Entre los israelitas y judíos la idea de la novia y esposa estaba totlamente ligada---como si fueran la misma cosa. Una doncella comprometida era novia y esposa; aunque todavía no se hubiera unido a vivir con su marido, pues conforme a la costumbre de esos días ya estaba formalmente comprometida con un hombre. En sentido espiritual estos títulos designan a la Kejilah o verdadera "Iglesia" de Yahushua, la cual está ahora comprometida con EL, pero llegará el día cuando se unirá a El para siempre, unión que se ha de perpetuar en la Nueva Jerusalém.
“Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalém, que descendía del cielo, de Yahweh."
Juan cae en un estado de éxtasis espiritual para que pueda ser receptor de la visión que este ángel le muestra de la Nueva Jerusalém. El Profeta Ezequiel, en el capítulo 40 y en el versículo 2, tuvo una experiencia muy similar: "En visiones de Yahweh me llevó sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte Sur."
La Jerusalém terrenal fue llamada “SODOMA y EGIPTO” en Apocalipsis 11:8, por su deplorable condición espiritual. Por el contrario, a la Jerusalém celestial se le denomina como “la gran ciudad santa.” Es Kodesh por su origen, su procedencia y sus habitantes.
Los pasajes en Apocalipsis 21:2 y 21:10 describen una misma ciudad, aunque en dos eventos o sucesos relacionados. No es que la Nueva Jerusalém vaya a descender dos veces sobre la tierra. Su descenso será uno, cuando la tierra haya sido totalmente renovada y purificada. Durante el Milenio la Nueva Jerusalem estará suspendida en el aire sobre la Tierra, y los santos glorificados podrán trasladarse o "subir" a la misma.
La manera como Juan describió la Nueva Jerusalém "como de ORO PURO, semejante al vidrio limpio" es en el sentido literal, tangible, y real. Verso 11: “Teniendo la gloria de Yahweh. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal."
La palabra griega que se traduce a “gloria” es “doxa.” La misma se emplea 129 veces en los escritos griegos antiguos. En muchos pasajes dicha palabra se usa en el sentido de alabanza (Lucas 17:18;; 19:38; Juan 5:41, 44; Hechos 12:23; Romanos 2:7, 4:20); y en otros, en relación con la majestad (Mateo 4:8; 6:29, 19:28; Marcos 8:38, 10:37) y además están aquellos pasajes que indican la presencia de Yahweh (Juan 1:14, 2:11; Juan 17:24). La gloria de Yahweh en la Nueva Jerusalém se refiere a la presencia divina en la misma, y a la majestuosidad que la misma revela.
La palabra “fulgor” en griego “phoster” es traducida en otras versiones: “resplandor,” "luminosidad," “brillantez,” “brillaba,” “luz.” El resplandor de la Nueva Jerusalém es comparado al de una piedra preciosísima. En este caso el del Jaspe. Notemos que la palabra griega para “Jaspe” es “iaspis.” La misma se emplea 4 veces en los originales (Apocalipsis 4:3, 21:11, 18, 19). La piedra de jaspe actualmente conocida por nosotros es oscura, en cambio el jaspe de los días del Apóstol Juan era una piedra brillante.
La palabra “JASPE” en la antigüedad, no se limita al tipo de piedra que hoy llamamos así, sino que podía designar cualquier piedra preciosa cristalina. Posiblemente, este antiguo JASPE era como un diamante.
Amados míos, en la antigüedad las ciudades eran construidas fortificadas, es decir, dentro de un muro que le servía para la defensa de la misma. Estos muros estaban provistos de puertas que a veces se localizaban en cada uno de los extremos de los cuatro muros, cuando eran de un solo muro cuadrado. La Nueva Jerusalém no tendrá una puerta o entrada principal, amigos míos, sino 12 puertas, para todos los kodeshim. En cada una de las puertas hay un ángel de Yahweh como portero. Tanto el muro como la presencia angelical indican la seguridad permanente y eterna de la ciudad de Yahweh.
Apocalipsis 21:12: "Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y en ellas había nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel."
La mención de las 12 Tribus de Israel asocian a esta ciudad con las promesas y los planes de Yahweh para con su pueblo Kodesh Israel. Estos nombres están mencionados en Ezequiel 48:31-33.
Los nombres de las 12 TRIBUS y los de los 12 APOSTOLES unifican el plan testamentario de Yahweh para el Antiguo Pacto, así como para el Pacto Renovado.
A los fundamentos de la Nueva Jerusalém se había referido el autor de la Epístola a los Hebreos cuyo arquitecto y constructor es Yahweh (Hebreos 11:10).
El hecho de que en los 12 fundamentos estén escritos los nombres de los 12 Apóstoles (excluyendo naturalmente a Judas y poniendo a Matías ---Hechos 1:26), es un recordatorio que fue sobre el fundamento apostólico que se constituyó la era de la Iglesia (Efesios 2:20-22).
Respecto al número 12, el mismo aparece en el Berit Kjadashá 75 veces, y de ellas 23 en el Apocalipsis quiere designar la elección del pueblo de Yahweh, en el que se funden tanto el antiguo como el nuevo Israel.
El número “12” es el número de la elección divina, y la grandeza imponente, y la consistencia sólida del pueblo elegido por Yahweh; es el número que hace intuir lo metódico del obrar divino, la rectitud de sus planes y el éxito pleno e indiscutible obtenido por Yahweh en la historia. La palabra “cimiento” significa “base,” “piedra.” Los cimientos de los edificios terrenales se esconden debajo de la corteza de la tierra, y no gozan de ningún atractivo. Pero los cimientos de la Nueva Jerusalém son hermosos y están expuestos a la vista de todos.
¡Cuán diferente es esta ciudad a todas las ciudades construídas por los hombres! Si levantamos todos los edificios y viviendas de Nueva York o de cualquier otra megápoli, los mismos se desintegrarían. Cada construcción es mantenida por sus propios cimientos y no por la propia ciudad.
La Nueva Jerusalén es totalmente diferente a esas ciudades, es una ciudad integrada y permanente, con fundamentos debajo de ella. No está construida sobre el aire, pues tiene su base sólida debajo de sí. Esos fundamentos se posarán sobre la faz de este planeta una vez esté restaurado y plenamente sometido al Padre Yahweh.
En la visión que Juan tuvo del templo celestial que está siendo construído y sobre el cual se le ordenó al Profeta de Patmos medir el Templo, el Altar, y a los Adoradores. Es el ángel que habló con Juan (Apocalipsis 21:9) anteriormente, el que se encargará de medir la Nueva Jerusalén. Esta imagen del ángel con la caña de medir nos recuerda la experiencia del Profeta Ezequiel (Ezequiel 40: 2-3).
La palabra “caña” no se debe tomar en el sentido que la conocemos hoy en día. Para los hebreos era una medida de longitud de “6 codos,” teniendo en nuestro sistema métrico un equivalente de 3 metros. Sobre este particular léase Ezequiel 40:5.
La palabra griega para “cuadro” es “tetragonos.” Muchas ciudades antiguas tuvieron la forma de un cuadrado. Las ciudades de Babilonia y Nínive fueron cuadradas según el testimonio de Herodoto y Diódoro Siculo.
La Nueva Jerusalém, más allá de ser una ciudad cuadrada, es un CUBO en su diseño. Los griegos llegaron a considerar todo lo que fuese cúbico como símbolo de la perfección. A los hombres perfectos y sabios se les llamaba en GRECIA, “cúbicos,” queridos míos.
El diseño de tetrágono se hace evidente en lo relacionado con la liturgia. (Exodo 27:1; Exodo 28:15-16 y 1 Reyes 6:20).
Como ya mencionamos al principio, la medida de la Nueva Jerusalén es “12,000 estadios” por todos sus lados. El “estadio” es una medida griega de “longitud.” Para nosotros tiene en la actualidad un equivalente de 185 metros. En el estadio de 185 metros, cifra cual, al ser multiplicada por 12,000 estadios, da unos 2,220 kilómetros, y en millas serían 1,500.
Queridos amigos, la Nueva Jerusalén será una ciudad con una extensión territorial impresionante, de 1,500 millas en todos sus lados. Los muros de la Nueva Jerusalén miden unos 65 metros de altura. Como Ustedes podrán deducir, los muros de esa altura presentan cierta desproporción al ser comparados con la magnífica altura que tiene la ciudad. Esto indica que el propósito de dichos muros no es proteger la ciudad de Yahweh, sino que indican que la misma está protegida por Yahweh mismo. Por eso no necesita de muros gigantescos.
En las antiguas ciudades los muros garantizaban la “seguridad y protección” de la ciudad y de sus habitantes. Los habitantes de la ciudad eterna no tendrán enemigos que la invadan, sólo los redimidos vivirán en y en torno a ellas.
Los cimientos de la Nueva Jerusalém eran 12 piedras preciosas (jaspe, zafiro, ágata, esmeralda, ónice, cornalina, crisólito, berilo, topacio, crisoprasa, jacinto y amatista ---- Apocalipsis 21:19-20), y con eso están adornados. Dijo Juan: "Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas..." Fíjense también en el número de las piedras utilizadas, son DOCE una vez mas. La palabra griega para “adornados” es “kosmeo,” de la misma toma su etimología la palabra castellana “cosmetología” o “cosmético.” Estos dos últimos términos se relacionan con las substancias empleadas para hermosear la tez o el rostro de la mujer.
"Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente."
LISTA DE LOS COLORES QUE CORRESPONDEN A LAS 12 PIEDRAS PRECIOSAS:
a. JASPE = es como el color oro en apariencia, combinado con la claridad del Cristal.
b. ZAFIRO = su color es Azul.
c. AGATA = se Azul claro, con otros colores mezclados.
d. ESMERALDA = de un color Verde brillante.
e. ONICE = una piedra Azul y Blanca.
f. CORNALINA = de color Rojiza o Miel.
g. CRISOLITO = color Oro.
h. BERIULO = color Verde mar
i. TOPACIO = es Verde Amarillo
j. CRISOPAPO = variación de Verde
k. JACINTO = color Violeta
l. AMATISTA = Púrpura
La Perla, en la antigüedad, era la gema más costosa de todas. Estas “12 perlas” representan la “belleza” y el “esplendor universal” de la Ciudad de Yahweh. El enorme tamaño de estas perlas/puertas escapa a nuestra imaginación humana.
La palabra griega para “perla” es “margarites.” De ahí se deriva el nombre Margarita o Margaret en inglés. En el latín se traduce en vez de perla “margaritae” o “margaritis.”
La palabra griega para “calle” es “plateia” y de esta última toma raíz etimológica la palabra castellana “plaza.” Esta gran calle celestial construída en la Nueva Jerusalém es de “Oro puro," pero de un oro tan puro que se puede ver a través del mismo.
Los antiguos pueblos---por ejemplo los españoles---acostumbraban construir los pueblos alrededor de sus templos. En la mayoría de nuestros países de europa y latinoamérica el templo católico se constituía en el centro, desde el cual se comenzaba a formar la comunidad urbana. En la Nueva Jerusalém el centro de la misma no es el templo, sino Yahweh mismo.
El templo es visto en el Antiguo Pacto y en los evangelioss como el centro de la liturgia judaica. Los esenios o miembros de la secta de Qumram rechazaron el templo como el lugar de su adoración religiosa. Yahushua mismo vio el templo como algo secundario en relación con la verdadera adoración a Yahweh. (Juan 4:24).
El “Templo.” en griego “naos,” es el lugar especial para adorar a Yahweh y donde se espera que su presencia sea manifestada. La Nueva Jerusalém no necesita templo per-se, porque la presencia de Yahweh estará en toda la ciudad. Podemos llamar a esta ciudad la ciudad-templo. En esta ciudad eterna jamás faltará o disminuirá la relación de la presencia divina. El “SHEKINA” de Yahweh invadirá cualquier rincón de la ciudad espacial.
¿Cómo estará iluminada la ciudad, amigos míos?
Juan resalta el hecho de que la luz solar o lunar no serán responsables por la iluminación de la Nueva Jerusalém. Es una ciudad con luz propia (Isaías 60:19). Esa luz tiene su fuente en la ejad de Yahweh Elojim (Juan 8:12). Los creyentes andamos en luz y "somos luz," pero en la ciudad-templo andaremos bajo la inaccesible y gloriosa luz del Elojim viviente. La población mundial, durante la eternidad, no se circunscribirá a la Nueva Jerusalém, sino a todo el nuevo planeta tierra.
En la ciudad de oro habitarán los israelitas, los santos del Antiguo Pacto y la Kejilah/Iglesia del Pacto Renovado. En los contornos de la Nueva Jerusalém habrá naciones que no perderán su distintivo nacional. Estas naciones serán parte de las ovejas descritas en Mateo 25:31-46.
En un sentido literal y figurativo, la Nueva Jerusalém será luz para las naciones gentiles, que Yahweh, en su soberano propósito, les permitirá organizarse como pueblos eternos durante el Milenio. Por lo tanto, ellos construirán sus ciudades donde habitarán.
Pero la Jerusalém eterna estará a la vista de todos y será el centro de la adoración para la humanidad en general. Los habitantes de la ciudad-templo tendrán cuerpos celestiales incorruptibles, así como los habitantes de las naciones (en griego “ethnos”) mencionadas por Juan tendrán cuerpos físicos semi- glorificados ("Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron").
Las puertas de perlas jamás serán cerradas. Los redimidos vivirán en un eterno día que no terminará. Allí no habrá noche para dormir, ni cansancio ni aburrimiento alguno para tener que acostarse. La luz echará fuera las tinieblas para siempre.
El hombre siempre le ha temido a la oscuridad, queridos míos. El caminar de noche en sitio oscuros eriza los pelos a muchos. En la eternidad, Yahweh será luz para todos los redimidos. La Nueva Jerusalém estará alumbrada siempre y por todos los siglos sempiternos.
Las naciones gentiles de la eternidad tendrán libre acceso a la Nueva Jerusalém. Allí vendrán a adorar a Yahweh Elojim. Llegará el día cuando todas las naciones tendrán que darle el lugar que le corresponde a Yahweh. No simplemente escribir su nombre o decir “en Dios confiamos” (“In God we Trust”), sino volver a Yahweh en arrepentimiento nacional, tal como hizo Nínive. Sólo el pecador arrepentido será aceptado en la ciudad. El Amo Yahushua Ja Mashiaj es la garantía de entrada que todos tendrán. Esa decisión por estar en la Ciudad de Oro tiene que hacerse ahora para los que vivimos en esta generación o era de la Kejilah.
El ángel que hablaba con Juan tenía una caña de medir para medir la ciudad. La forma geométrica de la ciudad es de un CUBO PERFECTO, con una misma medida de LARGO, de ANCHO y de ALTO, y con 6 LADOS exactamente iguales. La medida por cada lado, y de alto, es “doce mil (12,000) estadios.” Vean otra vez el uso preferente de Yahweh por el número DOCE. Esto equivale a dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros, o mil quinientas (1,500) millas, como ya antes dijimos. Esto representa más de la mitad de la superficie de los Estados Unidos de América, parte de México y del Golfo de México, más el espacio de la altura de la ciudad, o sea, de dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros hacia arriba.
Amados míos, a modo de comparación, toda la superficie de la luna es de nueve millones, trescientos ochenta mil, setecientos sesenta y siete (9,380,767) kilómetros cuadrados. Pero el área disponible de la Nueva Jerusalém (que es un CUBO PERFECTO), es de trece billones, ochocientos veinticuatro millones (o sea, 13,824,000.000) de kilómetros cúbicos.
Si estos kilómetros cúbicos se convierten en kilómetros cuadrados lineales, y repitiendo una medida sobre otra, hasta llegar a la altura de dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros, la superficie de la luna cabría mil cuatrocientos setenta y tres (1,473) veces en la superficie de la Nueva Jerusalém, repetida la medida, una al lado de la otra, ésto es, en forma lineal. Si se aplica la misma operación a la tierra, su superficie cabría ciento nueve (109) veces en el área lineal de la Nueva Jerusalém.
El ángel también midió su Muro, ciento cuarenta y cuatro (144) codos, de medida de hombre, la cual también es de ángel. La medida de un codo partía desde el codo del hombre hasta la punta del dedo del medio de la mano; un promedio de cincuenta (50) centímetros, o dieciocho (18) pulgadas. Ciento cuarenta y cuatro (144) codos equivale, pués, a setenta (70) metros, o doscientos treinta (230) pies.
La nueva ciudad sobre la cual se habla será la nueva capital en el eterno reino de Yahweh, en la Nueva Tierra y la Nueva Jerusalém (Apocalipsiss 21:2). Fuera de ésta sin duda habrán otras ciudades y aldeas, las cuales serán construidas para los habitantes físicos de la nueva tierra. Pero esta ciudad, es decir, la Nueva Jerusalém, será construida por el mismo Yahweh (Hebreos 11:10). Será ésta una ciudad maravillosa y excepcionalmente hermosa, la cual será comparada con una "esposa ataviada para su marido" (Apocalipsis 21:2,9,10).
Tendrá 12,000 estadios de longitud. El estadio es la medida griega y equivale a 225 yardas (180 metros). De manera que la ciudad tendría 2,000 kilómetros; pero la Torah no es muy categórica en cuando a cómo debemos interpretar esos 2,000 kilómetros; si se trata de 2,000 kilómetros cuadrados o si son de longitud.
Si aceptamos como kilómetros cuadrados, en tal caso la ciudad mediría 400 kilómetros de longitud y otros tantos de anchura. Mientras que si la ciudad tuviera 2,000 kilómetros a su alrededor---como perímetro total---la longitud y anchura tendría c/u de 500 kilómetros. De cualquier manera esa ciudad será inmensamente grande.
En esta Jerusalém se hace mención del “Monte de Zion” (Hebreos 12:22). "Monte" en profecía significa "Reino" o "Gobierno." La ciudad estará construída sobre el gobierno de Yahweh, que es Su Ley Kodesh.
El Muro alrededor de la ciudad será elevado unos 60 metros (Apocalipsis 21:17). Todo el material de construcción, tanto de la ciudad misma como del Muro, será “Oro y Piedras Preciosas” (Apocalipsis 21:18-21).
En la ciudad no habrá templos ni tampoco habrá religión alguna. La comunión sin intermediario con el Padre y el Hijo, para los hombres reemplazará los templos y las religiones humanas (Apocalipsis 21:22). La ciudad tampoco tendrá necesidad de iluminación alguna, ya que el mismo Amo será su lumbrera (Apocalipsis 21:23).
Sus habitantes serán los SANTOS, tanto del Antiguo como del Nuevo Pacto, quienes en conjunto, forman la Kejilah/iglesia, la ESPOSA DE MASHIAJ (Apoc. 21:2-4; 9, 10, 12-14). Hay indicios de que los santos/kodeshim de Israel tendrán sus habitaciones en las proximidadess de los Muros, como “guardas de Zion,” lo que se sugiere por los nombres de las Tribus de Israel en las puertas del Muro (Apoc. 21:12).
Esas puertas nunca jamás se cerrarán, no obstante, nada inmundo entrará allí, ya que entonces no habrá inmundicia alguna en la Tierra Nueva (Apocalipsis 21:25,27).
Rafael
El apóstol Juan recibe una visión de la Jerusalém Celestial: “Vino entonces a mí uno de los 7 ángeles que tenían las siete Copas llenas de las 7 Plagas Postreras, y habló conmigo, diciendo: 'Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.”
Los ángeles, en el cielo, aunque se parecen, se pueden distinguir. Juan no tuvo ningún problema en identificar a este ángel que anteriormente ya había visto. Es posible que este ángel sea el mismo que le mostró a Juan la visión de "la Gran Ramera." En Apocalipsis 17:1 leemos: “Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo, diciéndome: “Ven acá y te mostraré la sentencia contra la GRAN RAMERA, la que está sentada sobre muchas aguas.” Y ya sabemos que "aguas" en este sentido profético se refiere a gentes. Son pueblos GENTILES y PAGANOS. La Gran Ramera preside sobre muchos pueblos, queridos míos.
Juan describe a la ciudad como “desposada” y como “esposa.” El griego pone “numphen” y “gunaika.” Entre los israelitas y judíos la idea de la novia y esposa estaba totlamente ligada---como si fueran la misma cosa. Una doncella comprometida era novia y esposa; aunque todavía no se hubiera unido a vivir con su marido, pues conforme a la costumbre de esos días ya estaba formalmente comprometida con un hombre. En sentido espiritual estos títulos designan a la Kejilah o verdadera "Iglesia" de Yahushua, la cual está ahora comprometida con EL, pero llegará el día cuando se unirá a El para siempre, unión que se ha de perpetuar en la Nueva Jerusalém.
“Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalém, que descendía del cielo, de Yahweh."
Juan cae en un estado de éxtasis espiritual para que pueda ser receptor de la visión que este ángel le muestra de la Nueva Jerusalém. El Profeta Ezequiel, en el capítulo 40 y en el versículo 2, tuvo una experiencia muy similar: "En visiones de Yahweh me llevó sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte Sur."
La Jerusalém terrenal fue llamada “SODOMA y EGIPTO” en Apocalipsis 11:8, por su deplorable condición espiritual. Por el contrario, a la Jerusalém celestial se le denomina como “la gran ciudad santa.” Es Kodesh por su origen, su procedencia y sus habitantes.
Los pasajes en Apocalipsis 21:2 y 21:10 describen una misma ciudad, aunque en dos eventos o sucesos relacionados. No es que la Nueva Jerusalém vaya a descender dos veces sobre la tierra. Su descenso será uno, cuando la tierra haya sido totalmente renovada y purificada. Durante el Milenio la Nueva Jerusalem estará suspendida en el aire sobre la Tierra, y los santos glorificados podrán trasladarse o "subir" a la misma.
La manera como Juan describió la Nueva Jerusalém "como de ORO PURO, semejante al vidrio limpio" es en el sentido literal, tangible, y real. Verso 11: “Teniendo la gloria de Yahweh. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal."
La palabra griega que se traduce a “gloria” es “doxa.” La misma se emplea 129 veces en los escritos griegos antiguos. En muchos pasajes dicha palabra se usa en el sentido de alabanza (Lucas 17:18;; 19:38; Juan 5:41, 44; Hechos 12:23; Romanos 2:7, 4:20); y en otros, en relación con la majestad (Mateo 4:8; 6:29, 19:28; Marcos 8:38, 10:37) y además están aquellos pasajes que indican la presencia de Yahweh (Juan 1:14, 2:11; Juan 17:24). La gloria de Yahweh en la Nueva Jerusalém se refiere a la presencia divina en la misma, y a la majestuosidad que la misma revela.
La palabra “fulgor” en griego “phoster” es traducida en otras versiones: “resplandor,” "luminosidad," “brillantez,” “brillaba,” “luz.” El resplandor de la Nueva Jerusalém es comparado al de una piedra preciosísima. En este caso el del Jaspe. Notemos que la palabra griega para “Jaspe” es “iaspis.” La misma se emplea 4 veces en los originales (Apocalipsis 4:3, 21:11, 18, 19). La piedra de jaspe actualmente conocida por nosotros es oscura, en cambio el jaspe de los días del Apóstol Juan era una piedra brillante.
La palabra “JASPE” en la antigüedad, no se limita al tipo de piedra que hoy llamamos así, sino que podía designar cualquier piedra preciosa cristalina. Posiblemente, este antiguo JASPE era como un diamante.
Amados míos, en la antigüedad las ciudades eran construidas fortificadas, es decir, dentro de un muro que le servía para la defensa de la misma. Estos muros estaban provistos de puertas que a veces se localizaban en cada uno de los extremos de los cuatro muros, cuando eran de un solo muro cuadrado. La Nueva Jerusalém no tendrá una puerta o entrada principal, amigos míos, sino 12 puertas, para todos los kodeshim. En cada una de las puertas hay un ángel de Yahweh como portero. Tanto el muro como la presencia angelical indican la seguridad permanente y eterna de la ciudad de Yahweh.
Apocalipsis 21:12: "Tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y en ellas había nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel."
La mención de las 12 Tribus de Israel asocian a esta ciudad con las promesas y los planes de Yahweh para con su pueblo Kodesh Israel. Estos nombres están mencionados en Ezequiel 48:31-33.
Los nombres de las 12 TRIBUS y los de los 12 APOSTOLES unifican el plan testamentario de Yahweh para el Antiguo Pacto, así como para el Pacto Renovado.
A los fundamentos de la Nueva Jerusalém se había referido el autor de la Epístola a los Hebreos cuyo arquitecto y constructor es Yahweh (Hebreos 11:10).
El hecho de que en los 12 fundamentos estén escritos los nombres de los 12 Apóstoles (excluyendo naturalmente a Judas y poniendo a Matías ---Hechos 1:26), es un recordatorio que fue sobre el fundamento apostólico que se constituyó la era de la Iglesia (Efesios 2:20-22).
Respecto al número 12, el mismo aparece en el Berit Kjadashá 75 veces, y de ellas 23 en el Apocalipsis quiere designar la elección del pueblo de Yahweh, en el que se funden tanto el antiguo como el nuevo Israel.
El número “12” es el número de la elección divina, y la grandeza imponente, y la consistencia sólida del pueblo elegido por Yahweh; es el número que hace intuir lo metódico del obrar divino, la rectitud de sus planes y el éxito pleno e indiscutible obtenido por Yahweh en la historia. La palabra “cimiento” significa “base,” “piedra.” Los cimientos de los edificios terrenales se esconden debajo de la corteza de la tierra, y no gozan de ningún atractivo. Pero los cimientos de la Nueva Jerusalém son hermosos y están expuestos a la vista de todos.
¡Cuán diferente es esta ciudad a todas las ciudades construídas por los hombres! Si levantamos todos los edificios y viviendas de Nueva York o de cualquier otra megápoli, los mismos se desintegrarían. Cada construcción es mantenida por sus propios cimientos y no por la propia ciudad.
La Nueva Jerusalén es totalmente diferente a esas ciudades, es una ciudad integrada y permanente, con fundamentos debajo de ella. No está construida sobre el aire, pues tiene su base sólida debajo de sí. Esos fundamentos se posarán sobre la faz de este planeta una vez esté restaurado y plenamente sometido al Padre Yahweh.
En la visión que Juan tuvo del templo celestial que está siendo construído y sobre el cual se le ordenó al Profeta de Patmos medir el Templo, el Altar, y a los Adoradores. Es el ángel que habló con Juan (Apocalipsis 21:9) anteriormente, el que se encargará de medir la Nueva Jerusalén. Esta imagen del ángel con la caña de medir nos recuerda la experiencia del Profeta Ezequiel (Ezequiel 40: 2-3).
La palabra “caña” no se debe tomar en el sentido que la conocemos hoy en día. Para los hebreos era una medida de longitud de “6 codos,” teniendo en nuestro sistema métrico un equivalente de 3 metros. Sobre este particular léase Ezequiel 40:5.
La palabra griega para “cuadro” es “tetragonos.” Muchas ciudades antiguas tuvieron la forma de un cuadrado. Las ciudades de Babilonia y Nínive fueron cuadradas según el testimonio de Herodoto y Diódoro Siculo.
La Nueva Jerusalém, más allá de ser una ciudad cuadrada, es un CUBO en su diseño. Los griegos llegaron a considerar todo lo que fuese cúbico como símbolo de la perfección. A los hombres perfectos y sabios se les llamaba en GRECIA, “cúbicos,” queridos míos.
El diseño de tetrágono se hace evidente en lo relacionado con la liturgia. (Exodo 27:1; Exodo 28:15-16 y 1 Reyes 6:20).
Como ya mencionamos al principio, la medida de la Nueva Jerusalén es “12,000 estadios” por todos sus lados. El “estadio” es una medida griega de “longitud.” Para nosotros tiene en la actualidad un equivalente de 185 metros. En el estadio de 185 metros, cifra cual, al ser multiplicada por 12,000 estadios, da unos 2,220 kilómetros, y en millas serían 1,500.
Queridos amigos, la Nueva Jerusalén será una ciudad con una extensión territorial impresionante, de 1,500 millas en todos sus lados. Los muros de la Nueva Jerusalén miden unos 65 metros de altura. Como Ustedes podrán deducir, los muros de esa altura presentan cierta desproporción al ser comparados con la magnífica altura que tiene la ciudad. Esto indica que el propósito de dichos muros no es proteger la ciudad de Yahweh, sino que indican que la misma está protegida por Yahweh mismo. Por eso no necesita de muros gigantescos.
En las antiguas ciudades los muros garantizaban la “seguridad y protección” de la ciudad y de sus habitantes. Los habitantes de la ciudad eterna no tendrán enemigos que la invadan, sólo los redimidos vivirán en y en torno a ellas.
Los cimientos de la Nueva Jerusalém eran 12 piedras preciosas (jaspe, zafiro, ágata, esmeralda, ónice, cornalina, crisólito, berilo, topacio, crisoprasa, jacinto y amatista ---- Apocalipsis 21:19-20), y con eso están adornados. Dijo Juan: "Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas..." Fíjense también en el número de las piedras utilizadas, son DOCE una vez mas. La palabra griega para “adornados” es “kosmeo,” de la misma toma su etimología la palabra castellana “cosmetología” o “cosmético.” Estos dos últimos términos se relacionan con las substancias empleadas para hermosear la tez o el rostro de la mujer.
"Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente."
LISTA DE LOS COLORES QUE CORRESPONDEN A LAS 12 PIEDRAS PRECIOSAS:
a. JASPE = es como el color oro en apariencia, combinado con la claridad del Cristal.
b. ZAFIRO = su color es Azul.
c. AGATA = se Azul claro, con otros colores mezclados.
d. ESMERALDA = de un color Verde brillante.
e. ONICE = una piedra Azul y Blanca.
f. CORNALINA = de color Rojiza o Miel.
g. CRISOLITO = color Oro.
h. BERIULO = color Verde mar
i. TOPACIO = es Verde Amarillo
j. CRISOPAPO = variación de Verde
k. JACINTO = color Violeta
l. AMATISTA = Púrpura
La Perla, en la antigüedad, era la gema más costosa de todas. Estas “12 perlas” representan la “belleza” y el “esplendor universal” de la Ciudad de Yahweh. El enorme tamaño de estas perlas/puertas escapa a nuestra imaginación humana.
La palabra griega para “perla” es “margarites.” De ahí se deriva el nombre Margarita o Margaret en inglés. En el latín se traduce en vez de perla “margaritae” o “margaritis.”
La palabra griega para “calle” es “plateia” y de esta última toma raíz etimológica la palabra castellana “plaza.” Esta gran calle celestial construída en la Nueva Jerusalém es de “Oro puro," pero de un oro tan puro que se puede ver a través del mismo.
Los antiguos pueblos---por ejemplo los españoles---acostumbraban construir los pueblos alrededor de sus templos. En la mayoría de nuestros países de europa y latinoamérica el templo católico se constituía en el centro, desde el cual se comenzaba a formar la comunidad urbana. En la Nueva Jerusalém el centro de la misma no es el templo, sino Yahweh mismo.
El templo es visto en el Antiguo Pacto y en los evangelioss como el centro de la liturgia judaica. Los esenios o miembros de la secta de Qumram rechazaron el templo como el lugar de su adoración religiosa. Yahushua mismo vio el templo como algo secundario en relación con la verdadera adoración a Yahweh. (Juan 4:24).
El “Templo.” en griego “naos,” es el lugar especial para adorar a Yahweh y donde se espera que su presencia sea manifestada. La Nueva Jerusalém no necesita templo per-se, porque la presencia de Yahweh estará en toda la ciudad. Podemos llamar a esta ciudad la ciudad-templo. En esta ciudad eterna jamás faltará o disminuirá la relación de la presencia divina. El “SHEKINA” de Yahweh invadirá cualquier rincón de la ciudad espacial.
¿Cómo estará iluminada la ciudad, amigos míos?
Juan resalta el hecho de que la luz solar o lunar no serán responsables por la iluminación de la Nueva Jerusalém. Es una ciudad con luz propia (Isaías 60:19). Esa luz tiene su fuente en la ejad de Yahweh Elojim (Juan 8:12). Los creyentes andamos en luz y "somos luz," pero en la ciudad-templo andaremos bajo la inaccesible y gloriosa luz del Elojim viviente. La población mundial, durante la eternidad, no se circunscribirá a la Nueva Jerusalém, sino a todo el nuevo planeta tierra.
En la ciudad de oro habitarán los israelitas, los santos del Antiguo Pacto y la Kejilah/Iglesia del Pacto Renovado. En los contornos de la Nueva Jerusalém habrá naciones que no perderán su distintivo nacional. Estas naciones serán parte de las ovejas descritas en Mateo 25:31-46.
En un sentido literal y figurativo, la Nueva Jerusalém será luz para las naciones gentiles, que Yahweh, en su soberano propósito, les permitirá organizarse como pueblos eternos durante el Milenio. Por lo tanto, ellos construirán sus ciudades donde habitarán.
Pero la Jerusalém eterna estará a la vista de todos y será el centro de la adoración para la humanidad en general. Los habitantes de la ciudad-templo tendrán cuerpos celestiales incorruptibles, así como los habitantes de las naciones (en griego “ethnos”) mencionadas por Juan tendrán cuerpos físicos semi- glorificados ("Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron").
Las puertas de perlas jamás serán cerradas. Los redimidos vivirán en un eterno día que no terminará. Allí no habrá noche para dormir, ni cansancio ni aburrimiento alguno para tener que acostarse. La luz echará fuera las tinieblas para siempre.
El hombre siempre le ha temido a la oscuridad, queridos míos. El caminar de noche en sitio oscuros eriza los pelos a muchos. En la eternidad, Yahweh será luz para todos los redimidos. La Nueva Jerusalém estará alumbrada siempre y por todos los siglos sempiternos.
Las naciones gentiles de la eternidad tendrán libre acceso a la Nueva Jerusalém. Allí vendrán a adorar a Yahweh Elojim. Llegará el día cuando todas las naciones tendrán que darle el lugar que le corresponde a Yahweh. No simplemente escribir su nombre o decir “en Dios confiamos” (“In God we Trust”), sino volver a Yahweh en arrepentimiento nacional, tal como hizo Nínive. Sólo el pecador arrepentido será aceptado en la ciudad. El Amo Yahushua Ja Mashiaj es la garantía de entrada que todos tendrán. Esa decisión por estar en la Ciudad de Oro tiene que hacerse ahora para los que vivimos en esta generación o era de la Kejilah.
El ángel que hablaba con Juan tenía una caña de medir para medir la ciudad. La forma geométrica de la ciudad es de un CUBO PERFECTO, con una misma medida de LARGO, de ANCHO y de ALTO, y con 6 LADOS exactamente iguales. La medida por cada lado, y de alto, es “doce mil (12,000) estadios.” Vean otra vez el uso preferente de Yahweh por el número DOCE. Esto equivale a dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros, o mil quinientas (1,500) millas, como ya antes dijimos. Esto representa más de la mitad de la superficie de los Estados Unidos de América, parte de México y del Golfo de México, más el espacio de la altura de la ciudad, o sea, de dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros hacia arriba.
Amados míos, a modo de comparación, toda la superficie de la luna es de nueve millones, trescientos ochenta mil, setecientos sesenta y siete (9,380,767) kilómetros cuadrados. Pero el área disponible de la Nueva Jerusalém (que es un CUBO PERFECTO), es de trece billones, ochocientos veinticuatro millones (o sea, 13,824,000.000) de kilómetros cúbicos.
Si estos kilómetros cúbicos se convierten en kilómetros cuadrados lineales, y repitiendo una medida sobre otra, hasta llegar a la altura de dos mil cuatrocientos (2,400) kilómetros, la superficie de la luna cabría mil cuatrocientos setenta y tres (1,473) veces en la superficie de la Nueva Jerusalém, repetida la medida, una al lado de la otra, ésto es, en forma lineal. Si se aplica la misma operación a la tierra, su superficie cabría ciento nueve (109) veces en el área lineal de la Nueva Jerusalém.
El ángel también midió su Muro, ciento cuarenta y cuatro (144) codos, de medida de hombre, la cual también es de ángel. La medida de un codo partía desde el codo del hombre hasta la punta del dedo del medio de la mano; un promedio de cincuenta (50) centímetros, o dieciocho (18) pulgadas. Ciento cuarenta y cuatro (144) codos equivale, pués, a setenta (70) metros, o doscientos treinta (230) pies.
La nueva ciudad sobre la cual se habla será la nueva capital en el eterno reino de Yahweh, en la Nueva Tierra y la Nueva Jerusalém (Apocalipsiss 21:2). Fuera de ésta sin duda habrán otras ciudades y aldeas, las cuales serán construidas para los habitantes físicos de la nueva tierra. Pero esta ciudad, es decir, la Nueva Jerusalém, será construida por el mismo Yahweh (Hebreos 11:10). Será ésta una ciudad maravillosa y excepcionalmente hermosa, la cual será comparada con una "esposa ataviada para su marido" (Apocalipsis 21:2,9,10).
Tendrá 12,000 estadios de longitud. El estadio es la medida griega y equivale a 225 yardas (180 metros). De manera que la ciudad tendría 2,000 kilómetros; pero la Torah no es muy categórica en cuando a cómo debemos interpretar esos 2,000 kilómetros; si se trata de 2,000 kilómetros cuadrados o si son de longitud.
Si aceptamos como kilómetros cuadrados, en tal caso la ciudad mediría 400 kilómetros de longitud y otros tantos de anchura. Mientras que si la ciudad tuviera 2,000 kilómetros a su alrededor---como perímetro total---la longitud y anchura tendría c/u de 500 kilómetros. De cualquier manera esa ciudad será inmensamente grande.
En esta Jerusalém se hace mención del “Monte de Zion” (Hebreos 12:22). "Monte" en profecía significa "Reino" o "Gobierno." La ciudad estará construída sobre el gobierno de Yahweh, que es Su Ley Kodesh.
El Muro alrededor de la ciudad será elevado unos 60 metros (Apocalipsis 21:17). Todo el material de construcción, tanto de la ciudad misma como del Muro, será “Oro y Piedras Preciosas” (Apocalipsis 21:18-21).
En la ciudad no habrá templos ni tampoco habrá religión alguna. La comunión sin intermediario con el Padre y el Hijo, para los hombres reemplazará los templos y las religiones humanas (Apocalipsis 21:22). La ciudad tampoco tendrá necesidad de iluminación alguna, ya que el mismo Amo será su lumbrera (Apocalipsis 21:23).
Sus habitantes serán los SANTOS, tanto del Antiguo como del Nuevo Pacto, quienes en conjunto, forman la Kejilah/iglesia, la ESPOSA DE MASHIAJ (Apoc. 21:2-4; 9, 10, 12-14). Hay indicios de que los santos/kodeshim de Israel tendrán sus habitaciones en las proximidadess de los Muros, como “guardas de Zion,” lo que se sugiere por los nombres de las Tribus de Israel en las puertas del Muro (Apoc. 21:12).
Esas puertas nunca jamás se cerrarán, no obstante, nada inmundo entrará allí, ya que entonces no habrá inmundicia alguna en la Tierra Nueva (Apocalipsis 21:25,27).
Rafael